Quizá, una de las razones por las que el sexo y la sexualidad sigue y seguirá lleno de tabúes sea la falta de información y la educación dogmática de tipo religioso en las distintas sociedades, esa que trata los temas relacionados con la sexualidad con demasiada opacidad.
“¿Es sucio el sexo?” se pregunta Woody Allen, sólo para responderse inmediatamente: “sólo si se hace bien”.
Apollonia Saintclair es una prolífica y misteriosa ilustradora quien decidió mantener su identidad al margen de sus ilustraciones con la intención de que sea la calidad de su trabajo el que haga que el público la reconozca. Al pretender el anonimato, su arte se vuelve autónomo y su temática provocativa se nutre de la imaginación de quien las mira.
Apollonia afirma que la tinta es su sangre, afirmación que queda patente en cada una de las ilustraciones con las que mantiene una presencia activa en cada una de su redes sociales, y es que la pasión que la artista siente por su trabajo queda patente en cada una de las líneas con las que, con pulso firme, recrea situaciones de un erotismo que oscila entre lo perverso y lo fantástico.
Su arte se asume como una auténtica declaración de principios, el más importante es jamás caer en la autocensura pese a que, en ocasiones, su trabajo ha sido atacado y prohibido.
La estética de su trabajo es limpia, y con trazos sencillos conduce al espectador a escenas de mayor complejidad que le hacen confrontar su propia naturaleza erótica y sus deseos reprimidos. Sus personajes, en su mayoría femeninos, hacen de la sexualidad una manifestación de su propia libertad, la que siempre debe comenzar en la mente.
El universo gráfico de Apollonia Saintclair se conduce por los sinuosos recovecos del deseo, es un universo en el que lo prohibido no existe y donde el placer es el único mantra existente.
Conoce más de esta artista en su facebook oficial