Fotografía de Foucault en una manifestación

Entrevista a Michel Foucault sobre Lacan

Entrevista a Michel Foucault sobre Lacan

Comparto con ustedes esta breve e interesante entrevista del periodista e historiador francés Jacques Nobécourt le hiciera a Michel Foucault. Publicada en el periódico Corriere della sera el 11 de septiembre de 1981, y posteriormente en el tomo II de Dits et écrits, 1954- 1988.

 Jacques Nobécourt: Suele decirse que Lacan ha sido el protagonista  de una revolución del psicoanálisis. ¿Piensa que es exacta y aceptable esta definición de “revolucionario»?

Michel Foucault: Yo creo que Lacan habría rechazado ese término de “revolucionario” y la misma idea de una revolución en psicoanálisis. Él quería simplemente ser “psicoanalista”. Lo que a sus ojos suponía una violenta ruptura con todo lo que tendiera a hacer que el psicoanálisis dependiera de la psiquiatría, o a hacer de él un capítulo un poco sofisticado de la psicología.

Él quería sustraer al psicoanálisis de la proximidad, que consideraba peligrosa, de la medicina y las instituciones médicas.

Buscaba en él no un proceso de normalización de los comportamientos, sino una teoría del sujeto. Es por esto que, a pesar de la apariencia de un discurso extremamente especulativo, su pensamiento no es extranjero a todos los esfuerzos que se han hecho para reintroducir el cuestionamiento en torno a las prácticas de la medicina mental.

J.N. –Si Lacan, como usted dice, no ha sido un revolucionario, es totalmente cierto que sus obras han tenido una influencia muy grande en la cultura en las últimas décadas. ¿Qué es lo que ha cambiado después de Lacan en los modos de “hacer” de la cultura?

 M.F. –¿Qué ha cambiado? Si me remonto a los años 50, la época donde el estudiante que yo era leía las obras de Lévi-Strauss y los primeros textos de Lacan, me parece que la novedad era la siguiente: descubríamos que la filosofía y las ciencias humanas reposaban sobre una concepción muy tradicional del sujeto, y que no era suficiente decir, con algunos, que el sujeto era radicalmente libre, y con otros, que estaba determinado por condiciones sociales.

Descubríamos que había que buscar liberar todo lo que se esconde detrás del empleo aparentemente simple del pronombre “yo” [je]. El sujeto, una cosa compleja, frágil, de la que es tan difícil hablar, y sin la cual no podemos hablar.

J.N. – Lacan tuvo muchos adversarios. Fue acusado de hermetismo y de “terrorismo intelectual”. ¿Qué piensa de esas acusaciones.

M.F. –Pienso que el hermetismo de Lacan se debía al hecho de que él quería que la lectura de sus textos no fuera simplemente una “toma de conciencia” de sus ideas.

Él quería que el lector se descubriera él mismo [lui-même] como sujeto del deseo a través de esta lectura. Lacan quería que la oscuridad de sus Escritos fuera la complejidad misma del sujeto, y que el trabajo necesario para comprenderlo fuera un trabajo a realizar sobre sí mismo [soi-même].

En cuanto al “terrorismo”, solamente subrayaré una cosa: Lacan no ejercía ningún poder institucional. Los que lo escuchaban querían, precisamente, escucharlo. Solo aterrorizaba a los que tenían miedo. La influencia que uno ejerce jamás puede ser un poder que se impone.