A partir del seminario IV, pero sobre todo en el seminario V, Las formaciones del inconsciente, Lacan establece una distinción tajante entre demanda y necesidad.
Distinción entre necesidad y demanda en el psicoanálisis lacaniano
La necesidad se mueve en el terreno de lo instintivo en sentido puramente biológico, es decir, se refiere al conjunto de las necesidades naturales de un ser humano (hambre, sed, abrigo…).
La demanda siguiendo al autor francés es la formulación de una necesidad en el registro de lo simbólico —el lenguaje— que está dirigida a un otro. De hecho, el concepto de gran Otro lacaniano incluye estas dos nociones: la del conjunto de operaciones lingüísticas que se pueden formular en una lengua y el conjunto de los sujetos -pequeños otros- a los que se dirigen esos enunciados. Para este autor la demanda en el fondo es siempre demanda de amor entendida como demanda de la presencia de un otro.
La teoría del deseo de Lacan
Ahora bien, el deseo no se reduce a ser necesidad o demanda, sino que se juega muy precisamente en el medio de estos dos elementos. Equiparar el deseo a un apetito o necesidad que se puede satisfacer es un primer error, pero también lo es reducirlo a aquello que se demanda.
En esta zona intermedia es donde se sitúa el deseo, en cuanto deseo del otro. Está más allá de la necesidad, más allá de la articulación de la necesidad a la que se ve llevado el sujeto por la necesidad de hacerla valer para el otro, más allá de toda satisfacción de la necesidad. Se presenta en su forma de condición absoluta y se produce en el margen entre demanda de satisfacción de la necesidad y demanda de amor.
El seminario de Jacques Lacan. Libro 5. Las formaciones del inconsciente. 1957-58. Barcelona: Paidós, 2005, p. 450.
Es justamente en el espacio que deja la separación de estos dos elementos -necesidad y demanda- donde debe ser pensado el deseo: es aquello que se puede cernir o interpretar a partir de la formulación de una necesidad en forma de demanda, de ahí, por cierto, la imposibilidad de separarlo del lenguaje.
Por muy relacionados que aparezcan deseo y demanda no deben confundirse, sino que el primero está en una relación dialéctica con la demanda. Una prueba de esta distinción es que aun cuando la necesidad reciba satisfacción —calmar la sed bebiendo— y la demanda puede ser ocasionalmente satisfecha -con la presencia del otro sujeto que trae el agua-, el deseo permanecerá insatisfecho.
El deseo se esboza en el margen donde la demanda se desgarra de la necesidad: margen que es el que la demanda, cuyo llamado no puede ser incondicional sino dirigido al otro, abre bajo la forma de la falla posible que puede aportarle la necesidad por no tener satisfacción universal.
Lacan, J., op. cit., p.793.
En «Subversión del sujeto y dialéctica del deseo» Escritos, corregido, escrito y publicado por Lacan, señala:
«…lejos de ceder a una reducción logicizante, allí donde se trata del deseo, encontramos en su irreductibilidad a la demanda el resorte mismo de lo que impide igualmente reducirlo a la necesidad». Continúa: «para decirlo elípticamente: que el deseo sea articulado, es precisamente la razón de que no sea articulable». La dialéctica del deseo no es reductible a la necesidad y a la demanda: «Donde se sitúa el deseo en relación con un sujeto definido a través de su articulación significante». «(…) el deseo ha de formularse como deseo del Otro, por ser desde su origen, deseo de su deseo».
Bibliografía citada o consultada
- Conde Soto, F. (2019). El objeto del deseo: producción deseante en el Esquizoanálisis de Deleuze y Guattari o falta en la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan. Pensamiento. Revista De Investigación E Información Filosófica, 75(285), 963-982. https://doi.org/10.14422/pen.v75.i285y 2019.009.
- Lacan, Jacques, Escritos 2, siglo XXI editores, 2009, pp.765.
- Lacan, Jacques: El seminario de Jacques Lacan. Libro 5. Las formaciones del inconsciente. (1957-58). Barcelona: Editorial Paidós, 2005, p. 450 y p.793.
- Imagen: Le Desir (1935) de Remedios Varo.