Después de décadas de lucha para despatologizar la transexualidad, la filósofa Judith Butler popularizó las bases de lo que hoy se conoce como «teoría queer», especialmente a partir de su libro «El género en disputa» (1990). Al igual que el filósofo Paul Preciado en su «Manifiesto contrasexual» (2000), Butler aboga por romper con la dicotomía «hombre-mujer» en la que nos solemos pensar, y comprender que el género es una construcción cultural, liberándonos de un modelo que rige la sociedad, es decir, el heteronormativo.
«A partir de Judith Butler, la teoría queer rechaza el pensamiento binario hombre/mujer (que son construcciones sociales y culturales), multiplicando las identidades y situándolas como no fijas. Se trata de reconocer la fluidez de los géneros», según explica Luciano Lutereau, autor del libro «Esos raros adolescentes nuevos»: la fluidez es la punta de un iceberg más profundo vinculado con una modificación sustancial de las condiciones de nuestra época”.
Lutereau señala que, en otro momento histórico, la identidad de género tenía una primera configuración en la infancia que se reforzaba en la pubertad con el acceso al deseo sexual: «Se pasaba del ‘qué soy’ al ‘qué quiero’, movimiento en el que ocupaba un lugar importantísimo el grupo de pares como instancia de consolidación del género».
«Hoy en día», explica Lutereau, «diversos factores hacen que el deseo no se encuentre con una identidad firme y, por lo tanto, el pasaje anterior se invierte: el ‘qué quiero’ se anticipa al ‘qué soy’, o bien no necesita una identidad definida para autorizarse». En otras palabras, el deseo ya no necesita una garantía, y de ahí proviene la fluidez, que es mucho más que una moda.
En su libro «A la conquista del cuerpo equivocado», Miquel Missé afirma que lo que hoy en día es vivido por muchos como una victoria, es decir, «el poder cambiarse o modificar el cuerpo», no es la solución para todos. Al contrario, la modificación corporal es, paradójicamente, un parche muchas veces imperfecto producido por la misma concepción limitada y sexista de la persona que ocasiona el malestar original.
Se ha entendido la transexualidad como un desajuste entre «el alma y el cuerpo» causada por un determinado «error» en el desarrollo biológico de la persona. Así, aún hoy sigue siendo habitual hablar de «hombres atrapados en cuerpos de mujer» o viceversa para describir la situación de las personas trans. Entonces, la solución parecía obvia: cambiemos el cuerpo. En «A la conquista del cuerpo equivocado» (ed. Egales, 2018), Missé cuestiona esta concepción y ofrece una mirada crítica que ayuda a comprender la transexualidad.
Es decir, la cultura afirma que determinados gustos, estilos, formas de actuar y cerebros son propios y adecuados para unos cuerpos y no para otros, ofreciendo ahora el bisturí a todos aquellos disidentes.
«Pero el bisturí», dice Missé, «no siempre es la respuesta. Es solo la otra cara del problema, o si se quiere, uno de sus subproductos».
Es evidente que una persona puede hormonarse o alterar su cuerpo como considere. Este texto no implica limitar en modo alguno la libertad sobre nuestro cuerpo y nosotros mismos. Missé propone «dejar de ver o ver esas modificaciones no solo como la reparación a un desequilibrio primigenio entre la identidad de una persona -su alma de hombre o mujer- y su apariencia -su cuerpo-«.
El autor sugiere que «el malestar que muchas personas sienten con su cuerpo no tiene su origen en el cuerpo mismo, sino en los significados o roles binarios que socialmente se le han asignado». «En una sociedad realmente libre -desposeída del llamado sistema sexo-género-, la transexualidad sería algo radicalmente distinto, quizás incluso inexistente». Habrá que escuchar la particularidad de cada caso.
El autor consigue conjugar un tono cercano y conversacional con una explicación sobria y concisa sin una retórica metafórica o excesivamente sentimental en la que es frecuente tratar estos temas.
Es entonces una propuesta escrita con deferencia y de manera coloquial, pero que, lejos del buenismo, desafía ideas muy asentadas, arriesgándose incluso a ser tildado de transfóbico. El texto propone una reflexión embarazosa para todos los públicos y en clara oposición al pensamiento identitario y al dogmatismo de lo políticamente correcto.
¿Y si el origen de nuestro malestar no estuviera en nuestro cuerpo? ¿Seguiría estando en la modificación del cuerpo el remedio?
En conclusión, este libro es parte de la acción, de la ofensiva por ganar el relato sobre el origen del malestar de las personas transexuales y así intentar desplazar el discurso del cuerpo equivocado para colocar otra propuesta. O, dicho de otro modo: estos cuerpos nuestros, que nos dijeron que estaban equivocados, queremos reconquistarlos.
Bibliografía
Miquel Missé (2018), A la conquista del cuerpo equivocado”, Editorial Egales. Missé es el autor de: El género desordenado (junto con Gerard Coll-Planas), Transexualidades. Otras miradas posibles y Políticas trans (junto con Pol Galofre).
https://www.editorialegales.com/libros/a-la-conquista-del-cuerpo-equivocado/9788417319366/
Identidad sexual: Retratos de la Argentina no binaria en: https://www.clarin.com/viva/identidad-sexual-retratos-argentina binaria_0_Ed9U8SYM.html
http://www.miguelmisse.com/iniciativa/a-la-conquista-del-cuerpo-equivocado-de-miquel-misse/