El mercado farmacológico
El mercado farmacéutico es uno de los que genera mayores ganancias a nivel mundial. Pocos mercados a nivel global pueden ostentar cifras de ganancias similares. Tal vez los únicos que arrojen números de esa magnitud sean el mercado de armas y el de drogas ilícitas.
«Los gobiernos en las últimas décadas, con mayor o menor fervor “neoliberal” pero apuntando en la misma dirección y que lograron convertir al sector salud del país en uno de los “cotos de caza” predilectos de las industrias farmacéuticas, tanto nacionales como extranjeras».
Según el Prof. David Healy – profesor de psiquiatría en la Universidad de Bangor en el Reino Unido- existen problemáticas asociadas en relación a las estrategias de marketing de las industrias farmacéuticas en la venta de los medicamentos y sobre todo enfatiza el problema en el uso de los psicofármacos en dos grupos:
- Los de índole académica
- Aquellos de índole clínica (Healy David, 2001: 324)
Señala, que los problemas de índole clínica son aún más acuciantes que los de índole académica porque se relacionan de manera directa con la información disponible para los profesionales que deben prescribir una droga. Algunas de las estratagemas existentes son:
- No reporte de información: es decir, los ensayos clínicos cuyos resultados no favorecen los intereses de las compañías farmacéuticas no son publicados.
- Reporte selectivo de información: al no existir obligación de los laboratorios de reportar todos los datos de los estudios que son publicados sólo se publican datos y resultados parciales y convenientes a los intereses de las compañía farmacéutica.
- Sobre reporte de estudios favorables: los datos de estudios de compañías farmacéuticas se presentan de una manera confusa en la cual no puede calcularse el número de estudios que verdaderamente se realizaron. Algunas estimaciones sostienen que mediante este procedimiento se llega a un 25% de sobreestimación de la eficacia de los nuevos antipsicóticos, por ejemplo.
- Artículos de autoría fantasma (Ghost written articles): usualmente son artículos publicados en revistas especializadas como provenientes de simposios o conferencias. En ellos aparecen con la autoría de referentes reconocidos del campo de la psiquiatría y psicofarmacología pero no está claro si ellos siquiera han visto los artículos que llevan sus nombres.
Y lo más destacable es que en la actualidad la industria farmacéutica ha creado directamente y/o apoyan a grupos de pacientes o familiares de pacientes para que aboguen por el empleo de una determinada droga.
Healy señala: Parte de los planes de desarrollo de mercado de muchas drogas incluyen la formación de grupos de pacientes, para que presionen a favor del nuevo tratamiento. De hecho, las empresas farmacéuticas organizan reuniones para determinar la forma de establecer dichos grupos. (Healy D., 2000).
Un ejemplo flagrante es el de la organización CHADD (Children and Adults with Attention Deficit/Hyperactivity Disorder), grupo de autoayuda para pacientes con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad que surge en USA en 1987 y ha venido realizando “lobby” en ese país y el resto del mundo para ampliar la difusión de las bondades de la Ritalina (Metilfenidato) luchando por su desclasificación como droga de categoría II -equivalente en ese país a “estupefaciente”- por el tedioso procedimiento necesario para su prescripción. en la misma línea el Trastorno del Espectro Autista que sigue por la misma senda.
Foucault considera que la medicina moderna es un fenómeno social, montado sobre tecnologías específicas del cuerpo que significan una socialización del cuerpo – su aparición, disponibilidad y circulación por sistemas productivos, de saber, de control y de poder.
Esta socialización tiene que ver con el desarrollo de la sociedad industrial capitalista, donde el cuerpo se torna objeto de una política médica y política, dirigida a controlarlo y conservarlo como fuerza productiva y/o como material disciplinable. La medicalización es parte de una biopolítica más general. Foucault señala: El cuerpo es una realidad biopolítica, la medicina una estrategia biopolítica (1999: 366).
La medicalización tiene como principales efectos la trasformación de personas sanas en enfermos.
Según Iván Illich, la función social de la medicina contiene una estrategia de evitación de los conflictos por la vía de patologizar el malestar individual, desarrollando mecanismos de suspensión y alejamiento de nuestros roles y tareas institucionales para producir una rápida reintegración no conflictiva al trabajo. Esto lleva, desde luego, a evitar crisis institucionales que puedan generarse por malestares que se socialicen y politicen al punto de poner en cuestión la lógica que organiza el trabajo y, en última instancia, la sociedad.
Se plantea la utopía de vivir con “malestar cero” y por ende, una serie de padecimientos subjetivos que forman parte de las vicisitudes de la vida son considerados suprimibles médicamente a partir de incorporarlos a la «patología».
Todo dolor o malestar de una persona que ha sido encuadrada en una categoría psicopatológica queda subsumido a ello y termina definiendo algo del orden del ser.
Actualmente España es el país del mundo con mayor consumo de benzodiazepinas – fármacos psicotrópicos utilizados para casos leves de insomnio, ansiedad o trastornos emocionales- por cada 1.000 habitantes, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, con datos del 2019. La Asociación Española de Medicamentos indica que en el 2020 se consumieron 91,07 dosis de sedantes, ansiolíticos e hipnóticos por cada 1.000 habitantes, un incremento del 4,5% respecto al año anterior, y la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas del Ministerio de Sanidad revela que el 31,1% de los españoles de 75 o más años ha consumido hipnosedantes, con o sin receta, en el último año.
El estudio realizado por Michael P Hengartner del Departamento de Psicología Aplicada, Zurcher Hochschule fur Angewandte Wissenschaften, Zurich) informa sobre el riesgo de suicidio por el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y otros antidepresivos de nueva generación en adultos, y concluye:
La exposición a los antidepresivos de nueva generación se asocia con un mayor riesgo de suicidio en pacientes adultos con depresión y otras indicaciones de tratamiento. El sesgo de publicación probablemente contribuya a la subestimación sistemática del riesgo en la literatura publicada.
Con respecto al uso de antidepresivos en niños y adolescentes el mismo autor sostiene que: Aunque el uso de antidepresivos en niños y adolescentes ha aumentado sustancialmente en los últimos 10 a 15 años, faltan pruebas convincentes de que los beneficios superan los riesgos y las tendencias suicidas emergentes del tratamiento siguen siendo una preocupación importante. El uso excesivo y la prescripción fuera de etiqueta son problemas apremiantes, y ciertamente existe la necesidad de tratamientos más seguros y efectivos, tanto farmacológicos como psicológicos.
A modo de conclusión: hay una relación directa entre la inmediatez que imponen los tiempos y la incapacidad de enfrentarse a situaciones cotidianas.
En una sociedad como la nuestra cualquier situación conflictiva hay que resolverla por la vía rápida, sin considerar que hay circunstancias inherentes al hecho de estar vivos: conflictos, dificultades laborales, amorosas, profesionales, familiares que provocan ciertos malestares.
Las políticas de mercado apuntan a lo que sea mas rentable y el psicoanálisis no lo es, no genera ningún producto, es sin valor la práctica del psicoanálisis, tiene valor subjetivo para cada uno. En cambio, la industria farmacéutica sí, las terapias cognitivo-conductuales se lleva muy bien con la industria farmacéuticas también.
Para el psicoanálisis es necesaria la clínica en transferencia, la puesta en presencia de dos seres hablantes de la cual resultan efectos llamados «de sujeto» en función de líneas de fuerza que entran en juego, con su propia complejidad. Es la abertura al inconsciente la que va a propiciar lo que sería terapéutico para un sujeto particular, dependiendo de su historia.
Bibliografía citada yo consultada
- Allen Frances, médico, Jefe de Grupo de Tareas del DSM-IV , Preparémonos: lo pero está por venir: El DSMV : Una pandemia de trastornos mentales en: https://psiquiatrianet.wordpress.com/2010/04/19/criticas-al-dsm- v/
- Chavero, Mario A. Medicamentos: la mercancía exquisita del capital vernáculo, en Revista Topia (2008).
- Foucault, Michel (1999). Estrategias de poder. Obras esenciales. vol. II. Barcelona: Paidós.
- Han, B-C. (2013). La sociedad de la transparencia. Barcelona: Herder.
- Illich, Iván (1975). Némesis médica. La expropiación de la salud. Barcelona: Barral.
- Orueta Sánchez, Ramón et al. (2011) Medicalización de la vida (II). Rev Clin Med Fam [online]. vol.4, n.3, pp.211-218. Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-695X2011000300005&lng=es&nrm=iso>. ISSN 2386-8201. https://dx.doi.org/10.4321/S1699-695X2011000300005.
- Ravanal, Martin de la y Aurenques Stephan, Diana (2018), Medicalización, prevención y cuerpos sanos: la actualidad de los aportes de Illich y Foucault. Tópicos (México) [online]. n.55, pp.407-437. Disponible en: <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-66492018000200407&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0188-6649. https://doi.org/10.21555/top.v0i55.914.
- Hengartner Michael P. (2020) Prescripción de antidepresivos en niños y adolescentes en: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyt.2020.600283/full.
- Hengartner Michael P. (2021) Riesgo de suicidio con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y otros antidepresivos de nueva generación en adultos: una revisión sistemática y metaanálisis de estudios observacionales. Departamento de Psicología Aplicada, Zurcher Hochschule fur Angewandte Wissenschaften, Zurich CH-8005, Suiza.