Notas sobre la sexualidad en psicoanálisis

La sexualidad en psicoanálisis: «De todas las actividades humanas, ninguna tan compleja como la actividad sexual» dirá Freud.

«Dos razones: primero la prolongada dependencia de la criatura humana hasta su maduración (lo que lo obliga a afrontar con su sexualidad de niño el mundo de los adultos: la sexualidad siempre llega demasiado pronto o demasiado tarde, como le escribió Freud a Fliess); la segunda razón resulta de la doble naturaleza del vínculo erótico, es decir, la siempre problemática conjunción de las razones del cuerpo con los fantasmas del alma (eso que se llama en el argot psicoanalítico, ‘la pulsión’)».

«El instrumento ideado por el maestro vienés sigue siendo el más eficaz a la hora de interpretar los pliegues de la subjetividad, tanto en el individuo como en la cultura. Pero también contamos hoy con la neurobiología y sus progresivos avances. Todavía lentos en la indagación de los muchos misterios que el cerebro guarda celosamente desde que el desarrollo del lóbulo frontal permitió la aparición del Homo Sapiens, comienza a ofrecer elementos valiosos para comprender mejor los componentes cerebrales que se movilizan en una actividad sexual. Y tenemos por último espectaculares logros de la informática punta, tanto en lo que concierne a la cada vez más profunda interrelación entre el la actividad cerebral humana y el software de los modernos computadores, como en la creación de realidades virtuales».

«Y eso modifica la realidad y la percepción de la realidad. Sin duda se trata de voces disonantes, donde cada discurso se quiere excluyente. Sin embargo, si obviamos los elementos ideológicos en juego y sabemos hacer de esas disonancias música, como Mozart en un cuarteto célebre, podremos ayudar a las muchas de personas que, pudiendo gozar de la vida, prefieren cultivar la muerte.»

Jorge Belinsky – Psicoanalista

 

Imagen: Ernst Ludwing Kirchner Mujer yacente con camisola blanca