Psicoanalista-Psicóloga | Psicoanálisis en Barcelona
Obstáculos en el goce erótico del cuerpo

Obstáculos en el goce erótico del cuerpo

Los sufrimientos en la vida amorosa, van desde el aislamiento emocional, las inhibiciones, el miedo al rechazo, los síntomas sexuales, el deseo, las decepciones y rupturas amorosas, la búsqueda de relaciones que no proporcionan satisfacción alguna, el aburrimiento, la infidelidad, los celos, la incapacidad de amar, los malos tratos, las dificultades para encontrar-se y los obstáculos en la experiencia sexual operan cuando nos embarcamos en una vivencia erótica.

Como menciona Massimo Recalcati en su libro Ya no es como antes. Elogio del perdón en la vida amorosa: «¿Qué objetivo puede tener el psicoanálisis sino el de hacer posible precisamente la existencia de vínculos en los que el deseo amoroso hacia el Otro converja con el goce erótico del cuerpo?»

Me centraré aquí en ciertos obstáculos que se dan en los vínculos con respecto al goce erótico del cuerpo como viviente: Los reflejos viscerales autónomos implicados en la experiencia sexual solo «operan» con éxito cuando la persona está a su aire, y todo intento consciente de controlarlos los bloquea. Es preciso una inmersión afectiva en la experiencia y perder temporalmente toda idea de control, y perderse hasta cierto punto en el contacto con el medio ambiente que nos rodea.

  • Un ambiente no adecuado o anti erótico obstaculiza el abandono a la experiencia.
  • La evitación como mecanismo en algunas personas para establecer una experiencia sexual excitante y estimulante.
  • El temor al fracaso, que suele estar exacerbado por presiones y fuerte ansiedad, bloquea la respuesta sexual fisiológica.
  • El exceso de crítica sobre la propia capacidad de agradar al otro/a compañero/a que, a su vez, hunde sus raíces en el temor al rechazo
  • La tendencia a erigir defensas intelectuales contra el placer erótico.
  • La dificultad para comunicarse necesidades y deseos.

Cuando aparecen estos obstáculos como sintomáticos es importante analizar si hay culpa, miedos, prejuicios, o fantasías y en aquellos casos que resulte necesario, a veces se explorar y complementar con algunas técnicas sexuales más o menos eficaces.

Mito del Orgasmo simultáneo

El efecto compulsivo de buscar el orgasmo simultáneo tiene un efecto limitante e inhibidor en el goce sexual. El varón intenta frenar, mientras que la mujer se apresura, lo que lleva a ambos a sentirse demasiado culpables para admitir su enojo o fracaso en esta carrera.

Sin embargo, existe otra manera de abordar el encuentro erótico, que no requiere de esta simultaneidad ni de la necesidad de este objetivo específico: como ejemplo se puede explorar la capacidad de placer alternando el dar y recibir caricias, o experimentando diferentes formas de estimulación, o aquellas que se les ocurra, de manera que cada persona pueda encontrar lo que le resulte, digamos, conveniente.

Mito de la lentitud femenina

Otro obstáculo es el mito de la lentitud de la mujer para llegar al orgasmo sino se adapta al ritmo del varón impide el estado de abandono y relajación necesarios en la experiencia erótica.

Mitos sobre la virilidad

Los mitos sexuales sobre la virilidad imperante que inducen a las personas a creer erróneamente que un varón tiene que funcionar con cierta frecuencia y regularidad, que debe responder siempre con una erección instantánea y ser capaz de continuar el coito por largos lapsos de tiempo. ¡La experiencia sexual no se halla sometida a un control voluntario!

La evitación inconsciente

Luego, tenemos otros obstáculos en cuanto a la evitación, ésta puede darse por culpa y ocurre la aparición posterior de estados de ansiedad, lo que hace que se evite experimentar el goce sexual y/o se adopten ciertos compromisos insatisfactorios.

Por un lado, algunos sujetos ahuyentan inconscientemente a compañeros sexuales que podrían resultar estimulantes y rehúyen formas posibles de encuentro. Otros llenan su existencia de actividades que dejan poco tiempo disponible para las experiencias. Y cuando logran tener estas experiencias, suelen hacerlo de una manera mecánica.

La evitación debido a la ansiedad que estas vivencias movilizan hace que los sujetos centren su atención en los estímulos genitales y en el orgasmo, despreciando el potencial del cuerpo ya que el orgasmo produce un desahogo, debido a que la tensión sexual que provocaba la angustia ha quedado finiquitada…provisionalmente.

Por último, quisiera hacer referencia a la situación actual de ciertos psicoanalistas que, «en términos más radicales, retoma la topología de la esfera. Se considera el goce como “radicalmente autoerótico” (goce del Uno-solo), pensado fuera de toda semántica, es decir, por fuera de toda estructura de lenguaje. Se propone un inconsciente real concebido como dato inmediato y no como hecho de discurso. Dando un paso más, actualmente se plantea «una suerte de realismo radical» donde la inexistencia de la relación sexual, tal como Lacan lo formuló, reaparece en la relación corporal, no epistémica»

Imagen: Pintura “Erotic Scene” de Pablo Picasso, 1902, Autorretrato

Bibliografía citada y/o consultada

Helen, SINGER KAPLAN, La nueva terapia sexual I y II Alianza Editorial.

Débora MESCHIANY – María Inés SARRAILLET, La referencia sexual en el psicoanálisis «lacaniano» https://elreyestadesnudo.com.ar/wp-content/uploads/2015/09/La-referencia-sexual-en-psicoan%C3%A1lisis.pdf

Massimo RECALCATI, Ya no es como antes Elogio del perdón en la vida amorosa, Trad. de Carlos Gumpert.