Psicoanálisis en Barcelona

Mónica Negri es Psicoanalista y Lic. en Psicología. Ejerce el psicoanálisis en Barcelona.

El psicoanálisis es una técnica muy precisa en torno a una regla muy concreta: que diga todo lo que se le venga a la mente, aunque le de vergüenza, aunque le parezca una tontería o que no tenga sentido. Que las diga, como le venga a la mente.

El tratamiento psicoanalítico otorga una libertad inédita a la palabra. Invita a un modo diferente de conversación a la de todos los días: se habla de otra manera y quién cuenta su malestar aprende a escucharse, y ver cuales son sus obstáculos a fin de sentirse seguro, no tener miedo y transitar mejor la vida.

Asimismo, en el proceso psicoanalítico también se trata de la incitación al saber del inconsciente -inconsciente efecto de la articulación entre los términos- a la interrogación a los saberes cristalizados que nos hace sufrir y se presentan con la frialdad literal de las «evidencias».

Frente a esta literalidad, el psicoanálisis propicia el movimiento subversivo de las metáforas, de la interrogación que hace caer algo de la mortificación de esas certezas, para que otra experiencia sea posible. Que cada uno descubra lo que ya en su momento está siendo capaz de producir.

La palabra articulada a la potencia del deseo y a la enunciación, es decir, al modo particular en que es acogida por cada uno de nosotros en la articulación de esa palabra que sostiene el orden simbólico, con el cuerpo y la subjetividad.

El análisis nos lleva a reconocer y amar la singularidad que somos como sujetos deseantes, nuestro estilo de vida y modos de gozar, lejos de las determinaciones inconscientes y de las auto-imposiciones.

¿POR QUÉ INICIAR UN TRATAMIENTO?

Una persona decide iniciar un tratamiento psicoanalítico por múltiples razones, entre las más habituales tenemos el estar embrollados en sufrimiento y dolor; el padecimiento de ciertas inhibiciones y postergaciones y los (des) encuentros amorosos.

En lo corporal también puede haber diversos síntomas: esa sensación que atenaza el estómago, la ansiedad que no cesa, la angustia, las inhibiciones en el campo de la sexualidad o la aparición de ciertas dificultades con la alimentación que invaden el pensamiento y hacen peligrar la vida.

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